Por Elvia Perez
Desde hace algunos
años el desarrollo y crecimiento de la narración oral en el mundo ha llevado también un replanteamiento de sus presupuestos
teóricos. Los libros más consultados y conocidos fueron los de las narradoras que trabajaron
por establecer “La Hora del Cuento” en las bibliotecas. Textos que se
preocuparon por resaltar la técnica de la narración oral de cuentos y sus
valores para la promoción de la lectura. No obstante, desde antes, Marie L.
Shedlock, quién vivió de 1854 a 1935 y fue una precursora de este arte de la
palabra, ya se plantea en su libro “El
arte de contar cuentos” publicado por primera vez en 1915, los temas que aun
hoy se mantienen en debate: la
necesaria y compleja formación del narrador de cuentos, la simplicidad aparente de este arte, la diferencia entre un narrador profesional
y los narradores espontáneos, la
necesidad de concentración, visualización, coherencia, sentido de fe y verdad
en lo que se cuenta, la necesidad de
preparar cuidadosamente el cuento y
repetirla una y otra vez hasta que esta lista, la necesidad de mantener las
buenas historias en el repertorio activo del narrador y en resumen que se trata
de hacer arte por encima de todo. En su
capítulo tercero abunda en estos elementos: “…El arte de narrar cuentos es, en realidad,
mucho más difícil que representar un
papel sobre el escenario: en primer lugar, porque el narrador es el
único responsable de todo el drama y de la atmósfera en la que se desarrolla.
Tiene que vivir la vida de cada uno de los personajes y comprender su relación con el resto. En segundo lugar,
porque su escenario es como una miniatura y sus gestos y movimientos deben
ajustarse de forma que no destruya la sensación de proporción…”
Durante todos estos
años, los narradores orales nos hemos estado planteando estas mismas cuestiones
y otras con respecto a nuestro arte de la palabra viva. Hemos ido encontrando
respuestas parciales o transitorias que después vuelven a ser cuestionadas en
el tiempo. También en estos últimos tiempos han vuelto su mirada hacia nosotros
y nuestras producciones teóricos, investigadores, directores de teatro entre
otros profesionales. Es por ello que hoy contamos con variados puntos de vista que le van dando a este arte
un marco teórico y experimental más amplio. Todavía unos pocos se aferran a los viejos preceptos
y quieren una narración oral con límites precisos donde se sientan seguros y protegidos como
dentro de una fortaleza. Mientras otros
abren caminos, estudian, comparan, investigan, se cuestionan lo establecido,
creen en el desarrollo, en que no hay una única verdad ni un único camino ni
una única forma de hacer. Por eso piensan, dudan, experimentan, proponen. Es
con ellos que se va construyendo este
universo teórico no excluyente. Es por
ello que ya hablamos de dramaturgia en la narración oral como una forma de
pensar y estructurar el discurso oral, como un proceso donde las historias que
contamos van conformando una única historia. Como una necesidad para trascender
aquellas primeras presentaciones de cuentos a modo de recital, con el deseo de
encontrar propuestas poéticas que nos mantengan cerca del público a la vez que de los espacios escénicos
establecidos. En diversos materiales publicados Jorge Dubatti ha planteado una
denominación interesante para la
narración oral: teatro del relato. Definición que presupone al narrador como un
actor, con antecedentes en los aedos, y rapsodas, y justamente a estos también
se les considera como los primeros que utilizaron la dramaturgia del actor.
Guillermo Heras estudia las diferencias entre teatro de la palabra y teatro de
la imagen, entre la literatura dramática y la escritura escénica, así como autores
vanguardistas que fueron en algún momento excluidos. Por su parte Enrique
Buenaventura nos acerca al “genotexto” y a la dramaturgia de los actores, que
tan cercana esta al trabajo que realizamos los narradores orales. Es por ello que en este boletín, queremos dedicarle espacio a los artículos
donde estos autores, se plantean cosas que nos enriquecen como
hacedores artísticos. Tres especialistas que han vuelto su mirada hacia la
dramaturgia y a los puntos donde se cruza con la narración oral, teatro del
relato, oralidad artística o como
finalmente se pueda llamar a este arte
que descansa en el discurso oral con condiciones espectaculares y que se
produce solo de forma convivial, en el aquí y el ahora de los espacios
escénicos. Son miradas que nos abren
puertas, que nos obligan a buscar,
valorar, revisar nuestros conceptos y
planteamientos si realmente nos proponemos hacer arte, si queremos aprovechar
lo que nos legaron los que nos
antecedieron, si no queremos hacer un camino trillado, si estamos dispuestos a
crear y arriesgarnos.
1 comment:
Con un saludo esperando se encuentre muy bien, me comunico para preguntarle más al respecto de la narración oral y la dramaturgia. Estoy haciendo mi maestría en dramaturgia y dirección con un proceso de investigación creación en el que estaré escribiendo una obra en la que se va a combinar la narración oral y el teatro.
Podríamos mantener conversación por correo a través de camilocuentacuentos@gmail.com o colectivoartisticosilfovioleta@gmail.com
Muchas gracias.
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